Mini D. está preciosa. Está mal que yo lo diga, que soy su madre, pero es la verdad.
Se ríe a carcajadas, da discursos, grititos y gorgoritea, hace pedorretas, pega unos manotazos que te deja temblando... un amor.
Además, Mini D. está grande. Muy grande. Ayer cumplió 4 meses y ya pesa 7,700kg., con lo que estamos echando unos brazos y unas espaldas que ríete de Conan el bárbaro.
A mí me encanta cogerla, y ella parece que tiene el síndrome del mono Amedio y solo quiere estar en brazos todo el día, y que te la lleves p'aquí y pállá, porque aparte de grande es una cotilla de mucho cuidado. Así que como resultas de todo esto, tengo dolor, mucho dolor en mi cuerpecito.
Me duelen las piernas de agacharme y levantarme con ella en brazos (sentadillas premium), me duele la espalda, me duelen los brazos y me duelen los hombros, mucho, mucho, imagino que de los movimientos de coger y levantar.
Y a eso se suma que desde un poco antes del parto se me quedan las manos tontas, entumecidas y agarrotadas... que me están mirando a ver si es síndrome del túnel carpiano, o síndrome del opérculo torácico, o qué narices de síndrome.
El caso es que por las mañanas y hasta que los músculos se calientan voy un poco como Robocop, moviéndome despacito y abriendo y cerrando las manos para que se me activen. Ains.
Y mi pesa en movimiento de 7,700kg que no da tregua y ha salido callejera, que todo es: "Llévame contigo a ver qué haces, que aquí ya me aburro"
Ains. Supongo que necesito hacer algún tipo de ejercicios, que no tendría yo la musculatura muy fina después de todo el reposo del embarazo, y darme masajes. A ver si me pongo y me voy arreglando.
Además, se supone que a partir de los tres o cuatro meses los bebés crecen más despacito ¿no?