domingo, 16 de febrero de 2014

Dolores de espalda

Mini D. está preciosa. Está mal que yo lo diga, que soy su madre, pero es la verdad.
Se ríe a carcajadas, da discursos, grititos y gorgoritea, hace pedorretas, pega unos manotazos que te deja temblando... un amor.
Además, Mini D. está grande. Muy grande. Ayer cumplió 4 meses y ya pesa 7,700kg., con lo que estamos echando unos brazos y unas espaldas que ríete de Conan el bárbaro.

A mí me encanta cogerla, y ella parece que tiene el síndrome del mono Amedio y solo quiere estar en brazos todo el día, y que te la lleves p'aquí y pállá, porque aparte de grande es una cotilla de mucho cuidado. Así que como resultas de todo esto, tengo dolor, mucho dolor en mi cuerpecito.

Me duelen las piernas de agacharme y levantarme con ella en brazos (sentadillas premium), me duele la espalda, me duelen los brazos y me duelen los hombros, mucho, mucho, imagino que de los movimientos de coger y levantar. 
 Y a eso se suma que desde un poco antes del parto se me quedan las manos tontas, entumecidas y agarrotadas... que me están mirando a ver si es síndrome del túnel carpiano, o síndrome del opérculo torácico, o qué narices de síndrome.

El caso es que por las mañanas y hasta que los músculos se calientan voy un poco como Robocop, moviéndome despacito y abriendo y cerrando las manos para que se me activen. Ains.

Y mi pesa en movimiento de 7,700kg que no da tregua y ha salido callejera, que todo es: "Llévame contigo a ver qué haces, que aquí ya me aburro"

Ains. Supongo que necesito hacer algún tipo de ejercicios, que no tendría yo la musculatura muy fina después de todo el reposo del embarazo, y darme masajes. A ver si me pongo y me voy arreglando.

Además, se supone que a partir de los tres o cuatro meses los bebés crecen más despacito ¿no?

sábado, 8 de febrero de 2014

La vuelta al trabajo

Pues sí, llegó el momento: han pasado las 16 semanas de baja maternal y tengo que volver a trabajar.

No tengo un trabajo "alienante", me gusta lo que hago, aunque me requiera un esfuerzo. Y me lo puedo montar para hacer la vuelta gradual, trabajando durante tres semanas solo un par de días, y después ya entrar a media jornada. No lo tengo nada mal.

Y sin embargo... Mini D. es tan pequeña todavía!!

La miro y pienso a quién, en qué momento, se le ocurrió que 16 semanas son suficientes para que una madre esté con su bebé, y a partir de ahí lo deje y se reincorpore a un trabajo fuera de casa.
¿Está criado un niño con 16 semanas? ¿acaso no necesita de alguien que le siga cuidando las 24 horas del día? Entonces, ¿por qué no se permite a la madre que sea ella quien lo haga, en lugar de buscar a otra persona que lo haga por ella?


Nada tiene sentido.

Mi niña ahora necesita estar conmigo, y yo con ella. De hecho, actualmente no le gusta que la coja nadie más que su padre o yo, ya que en cuanto la coge otra persona empieza a protestar y a llorar.
Papá es, como dice Dragón, "la mejor opción después de mamá", pero aún con todo llega un momento en que la única que le "vale" es mamá, y si no, lloros y lloros.

Aún con todas las ventajas que yo tengo para incorporarme de forma más gradual, me rompe el corazón tener que separarme de ella tan pequeñita (y es la expresión más exacta para definir el sentimiento que tengo). Porque ahora mismo no querría perderme nada, ninguno de los pequeños avances que hace cada día, cada gesto, cada sonrisa, cada nuevo movimiento que es un logro en sí mismo.

Me indigno y me enfado con el mundo, que es tan cruel que nos obliga - económicamente, sí, nos obliga -  a separarnos cuando aún no estamos preparadas. Que no protege el vínculo madre-hijo, que no cuida de las personas, que las mastica para que la maquinaria funcione.

Aunque de momento papá Dragon puede quedarse con Mini D., sé que va a haber muchos lloros en el camino (y no sé si todos van a ser suyos...)

Es un asco.

domingo, 2 de febrero de 2014

Por qué este blog

A veces me apetece escribir sobre cosas.

Cosas que pienso, que siento, que me rondan. Sobre la maternidad, sobre el mundo... qué se yo.

Pero Reposo entre cuatro paredes ya no me sirve, porque Dragona ya no está encerrada. Estoy con Dragón y con Mini Dragona en nuestra cueva, y desde ahí pensamos, jugamos, experimentamos, nos reímos, nos llevamos disgustillos y descubrimos cosas nuevas cada día.

Y con ese espíritu, empiezo este nuevo blog, para contar algo de eso que me pasa por la cabeza.

Bienvenidos al Rincón de los Dragones.